Teniendo claro que la actividad física o el deporte son los mejores aliados a la hora de “acelerar el metabolismo”, diversos estudios han encontrado hábitos y alimentos que contribuyen a obtener este objetivo de manera más rápida. Algunos son:
Consume proteínas
Tu cuerpo quema más calorías cuando hace la digestión de proteínas que cuando digiere grasas o carbohidratos. Prioriza los alimentos ricos en proteína (carne de res magra, pescado, pollo, whey protein, tofu, huevos, productos lácteos bajos en grasa).
Sorprende a tu cuerpo
Varía tu rutina de entrenamiento, aumentando intensidad, peso o volumen de entrenamiento; siempre de manera progresiva, para evitar adaptación del cuerpo.
Controla los carbohidratos
Son una excelente fuente de energía, y no es necesario eliminarlos de la dieta. Simplemente debes saber cómo comerlos. Prefiere los llamados carbohidratos complejos como frutas, vegetales, avena y arroz integral.
Consume agua
El cuerpo necesita agua para todos los procesos digestivos, si estás deshidratado tu metabolismo se hace más lento. Trata de beber varios vasos de agua al día.
Evita las dietas relámpago
Estas dietas te ayudan a bajar de peso (a veces a expensas de una buena nutrición), pero esa pérdida de peso proviene de la masa muscular. Recuerda que mientras menor sea tu masa muscular, más lento es tu metabolismo.
Consume con moderación té verde o café
Favorecen el incremento de la tasa metabólica.
Aunque es cierto que la genética, el sexo y la edad tienen gran importancia en la tasa metabólica, sí puedes influir en ella poniendo en práctica los consejos anteriores, y sobre todo, manteniéndote activo, camina, corre, baila, sube escaleras, ve al parque a jugar con tu mascota, cualquier actividad que te ponga en movimiento te ayudará a crear masa muscular y a quemar más calorías.
Por: Liset Restrepo. Ing, de alimentos U de A. Elite Max.